Aspergilosis
Se conoce como “aspergilosis” a un grupo de enfermedades producidas por los hongos del género Aspergillus, que se encuentra tanto en interiores como en exteriores. La mayoría de las personas respiran estos hongos sin problemas, pero en algunas, especialmente las que presentan enfermedades pulmonares o un sistema inmune debilitado, pueden producir problemas de salud.
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La infección se produce cuando el hongo entra en los pulmones. Con el tiempo, la aspergilosis puede dañar los pulmones. Los daños causados pueden provocar dificultad al respirar, tos y disminución de la función pulmonar. En casos más graves, pueden producir infecciones o daño pulmonar a largo plazo. Si la enfermedad no se trata, puede resultar potencialmente mortal.
El modo en que la aspergilosis afecta a los pulmones y progresa depende del tipo de enfermedad, del sistema inmune de la persona y de cualquier problema pulmonar existente. Aunque afecta principalmente a los pulmones, en casos raros puede extenderse a otras partes del cuerpo. En personas con enfermedades como el asma o la tuberculosis, puede empeorar los síntomas o provocar infecciones más graves.
Un diagnóstico y un tratamiento tempranos son importantes para prevenir complicaciones graves.
Tipos de aspergilosis
Los principales tipos son la aspergilosis broncopulmonar alérgica (ABPA), la aspergilosis pulmonar crónica (CPA), la aspergilosis invasiva y el aspergiloma (una bola de hongos en los pulmones).
Aspergilosis broncopulmonar alérgica (ABPA)
La ABPA es una reacción alérgica que se produce cuando las personas con asma o fibrosis quística inhalan Aspergillus. También puede afectar a personas con EPOC o bronquiectasia. Puede causar inflamación de los pulmones y, si no se trata, reducir gradualmente la función pulmonar y dejar cicatrices. Se calcula que afecta a 5 millones de personas en todo el mundo.
Aspergilosis pulmonar crónica (CPA)
La CPA es una infección de progresión lenta que a menudo se desarrolla en personas con enfermedades pulmonares previas, como tuberculosis o EPOC. Causa daños en el pulmón y, si no se trata, puede provocar una disminución gradual de la función pulmonar. Con el tiempo, puede ocasionar síntomas graves, como pérdida de peso, tos y dificultad al respirar. Se calcula que afecta a 3 millones de personas en todo el mundo.
Aspergiloma
El aspergiloma es una bola de hongos que se forma en cavidades pulmonares preexistentes, generalmente después de enfermedades como la tuberculosis. Puede permanecer estable, pero puede que provoque síntomas como tos con sangre en algunos casos.
Aspergilosis invasiva aguda (AIA)
La AIA es una infección grave y potencialmente mortal que se extiende con rapidez. Afecta con mayor frecuencia a las personas con sistemas inmunes muy debilitados, como las que se someten a quimioterapia o tratamientos con altas dosis de esteroides. Comienza en los pulmones, pero puede extenderse a otros órganos y causar complicaciones graves como daño pulmonar e infección en todo el cuerpo. La AIA afecta a 200.000 personas al año y tiene una alta tasa de mortalidad.
Síntomas
Los síntomas varían según el tipo de aspergilosis, pero a menudo incluyen tos, dificultad al respirar, cansancio extremo y dolor o malestar en el pecho. En casos más graves pueden producirse complicaciones, como tos con sangre. Dado que estos síntomas son habituales en otras enfermedades pulmonares, a veces se puede retrasar el diagnóstico.
La tos con mucosidad es típica y la tos con sangre es una señal de advertencia que requiere atención médica.
Aspergilosis broncopulmonar alérgica (ABPA)
- Empeoramiento de los síntomas del asma
- Sibilancia y dificultad al respirar
- Tos con mucosidad
Aspergilosis pulmonar crónica (CPA)
- Pérdida de peso
- Fatiga
- Tos persistente con mucosidad
- Tos con sangre
Aspergiloma (bola de hongos)
- Tos con sangre
- Dolor torácico
Aspergilosis invasiva aguda (AIA)
- Fiebre de inicio rápido
- Dificultades graves para respirar
- Dolor agudo al inhalar
- Síntomas de infección generalizada, como confusión o problemas orgánicos
Causas y factores de riesgo
Determinados factores aumentan el riesgo de desarrollar aspergilosis, especialmente en personas con el sistema inmune debilitado o con enfermedades pulmonares existentes.
¿Quiénes corren mayor riesgo?
- Sistema inmune debilitado: las personas sometidas a quimioterapia, los receptores de trasplantes de órganos, las personas con VIH/SIDA o las personas que reciben tratamientos con esteroides a largo plazo corren un mayor riesgo, especialmente de aspergilosis invasiva.
- Enfermedades pulmonares a largo plazo: enfermedades como el asma, la EPOC, la bronquiectasia, la sarcoidosis y la fibrosis quística pueden hacer que las personas sean más vulnerables, aumentando el riesgo de ABPA y CPA.
- Infecciones pulmonares previas: las personas con tuberculosis (TB) o cavidades pulmonares tienen riesgo de aspergiloma y CPA.
- Pacientes hospitalizados: las personas que reciben antibióticos o esteroides a largo plazo pueden tener un mayor riesgo de desarrollar aspergilosis.
- Exposición ambiental: la exposición frecuente al moho, a ambientes húmedos o a material vegetal en descomposición puede aumentar el riesgo de infección en personas vulnerables.
- Factores genéticos: enfermedades como la fibrosis quística pueden aumentar la susceptibilidad.
Prevención
No siempre se puede prevenir por completo la aspergilosis, ya que los hongos del género Aspergillus son habituales en el ambiente. Sin embargo, determinadas medidas pueden ayudar a reducir el riesgo, especialmente en las personas más vulnerables.
Reducir la exposición al moho
- Mejore la calidad del aire interior controlando la humedad y evitando el crecimiento de moho.
- Evite los ambientes húmedos, polvorientos o mohosos, especialmente si sufre inmunodepresión.
- Use filtros de aire (como los filtros HEPA) para reducir las esporas en el aire.
- Use mascarillas en áreas de alto riesgo, como obras de construcción o áreas de compostaje.
Manejar la salud y el estilo de vida
- Maneje las enfermedades pulmonares como el asma o la EPOC.
- Evite el tabaco y el consumo excesivo de alcohol.
- Mantenga un peso saludable y una buena actividad física.
Prevención médica para personas de alto riesgo
- Las personas sometidas a quimioterapia o trasplantes pueden necesitar medicamentos antimicóticos durante los periodos de alto riesgo.
- Los hospitales pueden reducir el riesgo mediante el uso de sistemas de filtración de aire y la administración de medicamentos antimicóticos a algunos pacientes vulnerables.
- Mantener los niveles de inmunosupresión lo más bajos posible puede reducir el riesgo.
Diagnóstico
La aspergilosis puede ser difícil de diagnosticar porque sus síntomas son similares a los de otras enfermedades pulmonares. Los médicos combinan el historial médico con exámenes y pruebas de laboratorio para confirmar la enfermedad.
- Historial médico y síntomas: los médicos comprueban si hay factores de riesgo como asma, infecciones pulmonares previas o un sistema inmune debilitado.
- Exámenes: una radiografía torácica o un escáner CT pueden mostrar signos de infección, alergia u otro daño pulmonar.
- Análisis de sangre: buscan signos de respuesta inmune excesiva/alergia o marcadores específicos de infección por hongos.
- Pruebas de esputo o líquido pulmonar: se puede analizar una muestra de moco, esputo o líquido pulmonar para detectar Aspergillus.
- Broncoscopia o biopsia: si es necesario, los médicos pueden introducir una pequeña cámara en los pulmones para recoger líquido y realizar pruebas más detalladas.
Tenga en cuenta que las pruebas específicas utilizadas dependerán del tipo de aspergilosis que se sospeche. No todas las pruebas mencionadas serán adecuadas para todas las personas.
Desafíos:
La aspergilosis puede ser difícil de diagnosticar por varias razones. Sus síntomas son similares a los de otras enfermedades pulmonares, lo que puede provocar retrasos en su identificación. Además, es posible que las pruebas para detectar la infección no siempre estén disponibles fuera de los centros especializados, o que el hongo a veces pueda estar presente en los pulmones sin causar una enfermedad evidenciable. Esto hace que sea más difícil confirmar una infección.
Es posible que las personas con un sistema inmune más débil no muestren signos fuertes de infección, lo que puede hacer que los análisis de sangre sean menos fiables.
A pesar de estas dificultades, la aspergilosis no tratada puede volverse grave, lo que hace que el diagnóstico temprano sea especialmente importante para las personas con mayor riesgo.
Tratamiento y manejo
El tratamiento de la aspergilosis depende del tipo de enfermedad y del estado de salud general. La mayoría de las personas necesitarán medicamentos antimicóticos, mientras que otras también pueden requerir esteroides o cirugía en casos graves. El control de las enfermedades pulmonares subyacentes, como el asma o la EPOC, también es una parte importante del tratamiento.
Medicamentos
- Habitualmente se usan medicamentos antimicóticos para combatir la infección por hongos. Es posible que deban tomarse durante semanas o incluso meses.
- Se usan esteroides para reducir la inflamación en los pulmones en algunos casos, como la aspergilosis broncopulmonar alérgica (ABPA)
- En casos graves, como la aspergilosis invasiva, se pueden administrar por vena, en el hospital, medicamentos antimicóticos más fuertes, lo que se conoce como “tratamiento intravenoso” o “tratamiento IV”.
Cirugía
Es posible que sea necesario extirpar quirúrgicamente una bola de hongo (aspergiloma) si está causando síntomas graves, como tos con sangre. Sin embargo, la cirugía generalmente solo se considera cuando los medicamentos por sí solos no son suficientes y el paciente es apto para recibirla.
Cambios en el estilo de vida
- Evitar la exposición al moho: el género Aspergillus es habitual en áreas húmedas, por lo que reducir la exposición manteniendo los espacios interiores secos y bien ventilados puede resultar útil. También puede ser beneficioso usar purificadores de aire y evitar actividades como la jardinería o los trabajos de construcción en ambientes polvorientos.
- Dejar de fumar: fumar daña los pulmones y dificulta al cuerpo combatir infecciones como la aspergilosis.
- Manejar las enfermedades pulmonares: mantener el asma o la EPOC bajo control con los medicamentos adecuados y con cambios en el estilo de vida puede ayudar a prevenir las complicaciones.
Nuevos avances en el tratamiento
Los investigadores están trabajando en nuevas formas de diagnosticar y tratar la aspergilosis; por ejemplo, herramientas de diagnóstico más rápidas y precisas para detectar la infección antes, así como medicamentos antimicóticos mejorados que se están probando para saber si son más eficaces y tienen menos efectos secundarios. Los estudios también están explorando tratamientos combinados, en los que se usan varios medicamentos antimicóticos juntos para mejorar los resultados.
Hay investigaciones en curso para abordar el problema de la resistencia a los fármacos, ya que algunas cepas de Aspergillus se están volviendo resistentes a los medicamentos actuales.
La importancia del tratamiento precoz
Dado que la aspergilosis puede ser difícil de diagnosticar, es importante acudir al médico si los síntomas persisten, especialmente en caso de personas con el sistema inmune debilitado o enfermedades pulmonares existentes. Con el tratamiento adecuado y ciertos ajustes en el estilo de vida, la mayoría de las personas pueden controlar la enfermedad y mejorar su calidad de vida.
Más recursos
- https://www.aspergillus.org.uk/ Proporciona información basada en la evidencia sobre las infecciones por Aspergillus y su tratamiento. Es un recurso proporcionado por el National Aspergillosis Centre de Manchester, que ofrece información detallada y apoyo a pacientes y cuidadores, incluidas reuniones semanales con pacientes y experiencias compartidas.
- Grupos de apoyo: están disponibles el Aspergillosis Trust y el Fungal Infection Trust, junto con foros online y recursos educativos para pacientes. Los centros médicos especializados en enfermedades respiratorias e infecciosas proporcionan tratamiento a largo plazo.