Los científicos han descubierto que podría haber una relación entre la cantidad de azúcar que consume una mujer durante el embarazo y las posibilidades de que su hijo padezca asma o alergias más adelante.
En el nuevo estudio, publicado en European Respiratory Journal, participaron casi 9000 niños nacidos en el Reino Unido entre 1991 y 1992 y sus madres.
Como parte del estudio las mujeres cumplimentaron cuestionarios sobre los alimentos y las bebidas que comieron y bebieron durante los últimos tres meses de su embarazo. La salud de los niños se controló con regularidad mediante consultas clínicas y más cuestionarios conforme fueron creciendo. En las consultas se realizaron pruebas cutáneas para la alergia a los 7 años.
Los científicos estudiaron la cantidad de azúcar que las mujeres comieron y bebieron —incluidos tanto los azúcares añadidos artificialmente a los alimentos y las bebidas como los que se encuentran de manera natural en la miel, los almíbares y los zumos de fruta— en relación con el hecho de que sus hijos padecieran asma o alergia.
A continuación, compararon las tasas de asma y alergia entre los niños de las mujeres que comieron y bebieron más azúcar con las de las mujeres que ingirieron la menor cantidad. Los investigadores hallaron que los niños cuyas madres comieron y bebieron la mayor cantidad de azúcar tenían un 38 % más de probabilidades de padecer alergias y un 101 % más de tener asma.
Puesto que el estudio se basa en observaciones, los resultados no significan necesariamente que una mujer que consuma mucho azúcar durante el embarazo haga sin duda que su hijo padezca asma y alergia.
Los investigadores desean que se investigue más para entender mejor los resultados y si hay maneras de proteger a los niños y evitar que padezcan asma y alergias. Por ahora, recomiendan que las mujeres eviten comer y beber demasiado azúcar durante el embarazo.