Según un estudio publicado en mayo en el Journal of Occupational and Environmental Medicine, los niños y adolescentes expuestos a altos niveles de contaminación del aire derivada del tráfico poseen un tipo de daño en el ADN que se conoce como acortamiento del telómero.
Las investigaciones preliminares llevadas a cabo por un equipo de la Universidad de California han detectado que los niños y los jóvenes con asma también presentan un acortamiento del telómero. Estos resultados sugieren que la longitud del telómero podría emplearse como un indicador del daño sufrido por el ADN debido a la contaminación del aire.
El estudio se realizó en una ciudad con uno de los niveles de contaminación más elevados de EE. UU. y pretendía establecer una relación entre los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP; partículas contaminantes procedentes de los gases de escape de los vehículos de motor) y el acortamiento de los telómeros (un tipo de daño del ADN que se suele relacionar con el envejecimiento).
El estudio aporta más pruebas a las ya existentes sobre el daño que provoca la contaminación en el ADN. Asimismo, indica que los niños pueden ser más vulnerables ante los efectos dañinos de la contaminación del aire.