Posible relación descubierta entre un estilo de vida físicamente inactivo y los síntomas de asma relacionados con la contaminación

Científicos de EE. UU. han descubierto que llevar una vida con poca actividad física podría aumentar el riesgo de experimentar síntomas de asma relacionados con la contaminación.


Científicos de EE. UU. han descubierto que llevar una vida con poca actividad física podría aumentar el riesgo de experimentar síntomas de asma relacionados con la contaminación.

La investigación, publicada en la American Journal of Physiology – Lung Cellular and Molecular Physiology, tenía como objetivo descubrir si el nivel de actividad física de las personas tenía algún efecto en su probabilidad de experimentar síntomas de asma al estar expuestas a la contaminación del aire.

Los investigadores estudiaron durante 7 semanas dos grupos diferentes de ratas: un grupo «activo» que tenía acceso a una rueda de ejercicio y un grupo «inactivo» que no la tenía. Tras este periodo, ambos grupos de ratas fueron expuestas a aire limpio o a tres niveles diferentes de ozono durante un total de 10 horas a lo largo de dos días.

Luego se midió la respiración de las ratas y los científicos analizaron las células de los fluidos de sus pulmones para comprobar si había alguna diferencia entre las ratas «activas» e «inactivas».

Los científicos descubrieron que, tras ser expuestos a ozono, ambos grupos de ratas experimentaron inflamación en los pulmones (síntoma de asma) pero que esto fue mucho más considerable en el grupo de ratas «inactivas». La exposición a ozono afectó a la frecuencia respiratoria de ambos grupos de animales, de tal modo que los animales «activos» utilizaron su rueda de ejercicio un 71% menos que aquellos expuestos a aire normal.

El ozono troposférico es un tipo de contaminación creada por reacciones químicas entre los rayos del sol, los gases orgánicos y los óxidos de nitrógeno emitidos por coches, centrales eléctricas, calderas industriales, refinerías, plantas químicas y otras fuentes.

Los investigadores defienden que este descubrimiento también podría ser similar en humanos, aunque se necesita realizar más investigaciones.

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