Diagnóstico del asma infantil: Entienda la guía profesional
Este documento explica las recomendaciones de la guía clínica de la European Respiratory Society (ERS) para el diagnóstico del asma en niños de entre 5 y 16 años. Va dirigido a padres o cuidadores de niños con asma, o a jóvenes con asma. Este documento es de interés para niños con sospecha de asma, incluyendo niños que han recibido un diagnóstico de asma previamente y que están tomando, o han tomado previamente, medicamentos para tratar el asma.
Content Table
Introducción
¿Qué son las guías de práctica clínica?
Las guías de práctica clínica se elaboran mediante un proceso científico en el que se recogen y evalúan los datos más recientes sobre un tema. Las guías también tienen en cuenta las opiniones de reconocidos expertos en el tema y las prioridades de pacientes y cuidadores con experiencia en la enfermedad. Las guías clínicas van dirigidas a profesionales sanitarios. Ellos las utilizan como referencia de «buenas prácticas» para diagnosticar, controlar y tratar ciertas enfermedades.
¿Qué incluye este documento?
Este documento resume los puntos clave de la guía clínica y la explica de forma que sea más fácil de entender para personas que no trabajan en el ámbito de la medicina. Este documento explica qué es el asma y cómo se diagnostica. Al ofrecer esta información de forma sencilla y accesible, este documento quiere ayudar a que padres o cuidadores y jóvenes con asma entiendan mejor el proceso diagnóstico y se sientan informados a la hora de tomar decisiones sobre su salud.
¿Qué es el asma infantil?
El asma es una enfermedad que produce síntomas como sibilancias, tos y dificultad para respirar. Estos síntomas se desencadenan por problemas en las vías respiratorias que causan dificultades para respirar:
- Obstrucción de las vías respiratorias – las vías respiratorias se taponan por la inflamación o exceso de mucosidad
- Inflamación de las vías respiratorias – las vías respiratorias se irritan, esto causa que se inflamen y, por tanto, que se estrechen
- Hiperreactividad bronquial – las vías respiratorias son más sensibles de lo habitual y reaccionan fácilmente ante irritantes como el humo, el aire frío o el ejercicio físico. Al reaccionar, las vías se estrechan, y esto dificulta la respiración.
El asma puede variar de una persona a otra y es habitual que una persona no tenga todos los síntomas mencionados arriba. Los síntomas también pueden aparecer y desaparecer a lo largo del tiempo.
El asma infantil se refiere al asma que afecta a niños de entre 5 y 16 años. Es más difícil diagnosticar el asma en niños menores de 5 años, porque a los niños de esa edad les cuesta realizar las pruebas necesarias para diagnosticar la enfermedad. Aún así, a algunos niños pequeños que tienen síntomas parecidos a los del asma, como sibilancias, se les da tratamiento para el asma y el diagnóstico se hará cuando sean más mayores. Los niños mayores de 16 años se consideran adultos y aplican las recomendaciones para el diagnóstico del asma en adultos.
¿Cómo se debería diagnosticar el asma infantil?
Síntomas
El médico debe preguntar qué síntomas ha tenido el niño/a y qué los ha desencadenado. Los síntomas pueden incluir sibilancias, tos o dificultad para respirar, y pueden aparecer y desaparecer durante un largo periodo de tiempo. Puede ser útil hacer un diario de síntomas parecidos a los del asma para que los médicos comprendan el estado del niño/a. Sin embargo, el asma no debe diagnosticarse solamente en base a los síntomas. Es necesario hacer más pruebas para confirmar o descartar el asma.
3 pruebas clave
La guía recomienda realizar tres pruebas para confirmar la presencia de asma. No se debe confirmar o descartar el asma en función de los resultados de una única prueba. Para confirmar el diagnóstico se necesitan los resultados de dos pruebas que indiquen la presencia de asma.
¿Se utilizará alguna otra prueba?
Según recomienda la guía, las tres pruebas anteriores son las mejores para diagnosticar el asma. Hay muchas otras pruebas que se han utilizado para diagnosticar el asma. A continuación, se resumen las conclusiones de la guía sobre cada una de estas pruebas.
Prueba de medicación para el asma
Si un niño/a muestra síntomas de asma, a menudo se le ofrece un inhalador con una medicación preventiva o de mantenimiento para el asma. Esta medicación actúa a lo largo del tiempo sobre las vías respiratorias para ayudar a reducir la inflamación. Los médicos verán si han mejorado los síntomas después de tomar esta medicación durante un periodo corto de tiempo.
La guía recomienda no usar una prueba de medicación para confirmar o descartar el asma, ya que no hay datos suficientes que indiquen que esta prueba pueda dar un diagnóstico preciso.
Esta prueba se utiliza en muchos países, sobre todo en niños más pequeños que pueden tener dificultades para realizar correctamente las tres pruebas clave. Por lo tanto, la guía señala que la prueba de medicación podría ser útil en situaciones en las que las tres pruebas clave no puedan confirmar o descartar el asma. En estos casos, después de la prueba de medicación, se volverán a realizar las tres pruebas clave de 4 a 8 semanas después para ver si se ha producido alguna mejora. Así pues, el diagnóstico no debe basarse únicamente en si mejoran los síntomas, sino también en si cambia el funcionamiento de los pulmones, según los resultados de las pruebas.
Prueba de flujo espiratorio máximo
Esta prueba mide la rapidez con la que una persona puede exhalar aire. La prueba se realiza con un pequeño aparato manual y puede hacerse en la consulta del médico o en casa. A veces, los profesionales sanitarios piden a los niños que midan su flujo máximo en casa durante unas semanas y que escriban en un diario los resultados.
La guía indica que esta prueba no es tan precisa como la espirometría, la prueba de broncodilatación y la prueba de FeNO, mencionadas arriba. En algunos contextos sanitarios en los que las tres pruebas clave no están ampliamente disponibles, podría utilizarse un diario de flujo máximo como sustituto. Las mediciones se deberían realizar idealmente durante de dos semanas con un medidor de flujo máximo electrónico.
Pruebas de broncoprovocación
Resumen
Hay muchas pruebas disponibles para diagnosticar el asma y el uso de estas pruebas varía en todo el mundo. La guÍa de la European Respiratory Society recomienda utilizar dos resultados de tres pruebas clave (espirometría, prueba de broncodilatación y prueba FeNO) para confirmar o descartar el asma en niños. Si los resultados de estas pruebas no son concluyentes, hay otras opciones para investigar más a fondo cualquier síntoma persistente que tenga un niño/a.
«Obtener un diagnóstico preciso es muy importante. Como madre, quieres tener respuestas para poder avanzar y ayudar a controlar y mejorar los síntomas que siente tu hijo. Aunque parece que son muchas las pruebas necesarias para hacer un diagnóstico de asma en un niño, para mí es más tranquilizador tener los resultados de las pruebas además del diagnóstico de un profesional sanitario basado en antecedentes familiares y síntomas solamente. Al tener un diagnóstico respaldado por resultados de pruebas, se puede tener más confianza en que el plan que se pone en marcha para controlar esa enfermedad, es el adecuado para tu niño.» Kerri Jones, madre de un niño con asma
Información adicional
Esta guía ha sido elaborada por la European Respiratory Society y la European Lung Foundation. Puede obtener más información sobre estas organizaciones y acceder a la guía profesional completa a través de los siguientes enlaces: