Print

Trastornos de la respiración durante el sueño

El término ‘trastornos de la respiración durante el sueño’ hace referencia a diferentes enfermedades resultantes de una respiración anormal mientras dormimos. La más común es la apnea del sueño. Apnea significa una pausa temporal en la respiración. Aunque existen otros tipos de apneas, el término ‘apnea del sueño’ suele referirse al síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS), en el que el individuo deja de respirar brevemente debido a la obstrucción temporal de la vía respiratoria de la garganta, denominada faringe. En los pacientes con SAOS, esto suele ocurrir muchos cientos de veces durante una sola noche.

This content is available in multiple languages.

Síntomas


Mientras dormimos, nuestros músculos están relajados. En algunas personas, la lengua y la relajación de los músculos de la garganta pueden causar un estrechamiento de las vías respiratorias que no permite la respiración y puede detenerla temporalmente. Si esto ocurre, el cerebro se despierta parcialmente y reabre las vías respiratorias para permitir la respiración. Cuando esto se produce repetidas veces durante una noche, puede tener efectos graves sobre la calidad del sueño, haciendo que la persona sienta somnolencia durante el día.

Además, cada apnea está acompañada de un incremento del ritmo cardíaco y la tensión sanguínea. Finalmente, persiste el incremento de la presión sanguínea (hipertensión), incluso estando despiertos, lo que aumenta el riesgo de un ataque cardíaco o un infarto. El SAOS también se asocia con un mayor riesgo de diabetes, problemas de memoria y demencia.

Los ronquidos son un síntoma universal en las personas con SAOS. El ruido de los ronquidos surge de la vibración de los tejidos de la garganta, lo que implica que la vía respiratoria es potencialmente inestable y, por lo tanto, más vulnerable al colapso durante el sueño. Sin embargo, solo una minoría de las personas que roncan tienen SAOS.

Los síntomas del SAOS pueden aparecer de día y de noche:

DÍA

  • Somnolencia excesiva
  • Falta de concentración
  • Dolores de cabeza matutinos
  • Cambios de humor
  • Boca seca
  • Impotencia o reducción de la potencia sexual

NOCHE

  • Sueño sin descanso
  • Apneas
  • Se despierta con ahogo
  • Sueños vívidos
  • Nocturia (orinar durante la noche)
  • Sudor
  • Insomnio
  • Salivación y desgaste de dientes

Causas


La prevalencia de la apnea del sueño aumenta con la edad hasta los 60 años.

Cualquier cosa que provoque que la garganta sea más estrecha de lo normal puede aumentar la probabilidad de padecer SAOS, ya que facilita el colapso de las vías respiratorias al inspirar. Otros factores, como la forma en que el cuerpo controla la respiración y la facilidad para despertarse, también pueden aumentar la probabilidad de que se colapsen las vías respiratorias.

FACTORES AMBIENTALES

Estos son factores externos o elecciones de estilo de vida que pueden contribuir al SAOS y que se pueden controlar:

  • La obesidad moderada o severa es un factor de riesgo importante porque está acompañada de un incremento del tejido graso alrededor de la garganta. Entre el 60 y 90 % de las personas con SAOS son obesas y es el factor de riesgo más común en adultos.
  • El tabaco y el consumo de alcohol están relacionados con una mayor prevalencia de los ronquidos y la apnea del sueño.
  • Congestión nasal: la congestión nasal grave, ya sea por alergias u otros problemas, puede dificultar la respiración y empeorar el SAOS, especialmente en los niños.

FACTORES GENÉTICOS

Algunas personas son más propensas a desarrollar apnea del sueño por causas genéticas.

  • La apnea del sueño es más común en hombres que en mujeres.
  • Ciertos de tipos de estructura facial heredada están asociados con una garganta estrecha y predisponen a la aparición del SAOS; la más común es el mentón hundido. Algunas condiciones genéticas específicas, como el síndrome de Down, también predisponen a la aparición del SAOS.
  • Asimismo, el SAOS se da en niños y el factor contribuyente más común son las amígdalas excesivamente grandes. En algunos niños o adultos, las congestiones graves de nariz pueden empeorar los síntomas.
  • Amígdalas y adenoides: el SAOS también se da en niños y el factor que más contribuye a su aparición es el agrandamiento de las amígdalas y las adenoides. Las adenoides son pequeños tejidos situados detrás de la nariz que pueden agrandarse y bloquear las vías respiratorias, lo que dificulta la respiración.
  • Problemas de control de la respiración: algunas personas pueden heredar rasgos que afectan a la forma en que el cerebro regula la respiración durante el sueño, lo que las hace más propensas a tener patrones respiratorios inestables. Sin embargo, también hay factores no genéticos, como la edad, los medicamentos u otras afecciones médicas, que pueden afectar al control de la respiración y contribuir a la SAOS.

Prevención


Los cambios en el estilo de vida, como la reducción de peso y del consumo de alcohol y tabaco pueden ayudar a prevenir la aparición de esta enfermedad.

Además, puede ser beneficioso mantener una higiene del sueño adecuada, como horarios de sueño regulares y evitar los estimulantes antes de acostarse.

Tratamiento


Con frecuencia, se sospecha del SAOS a partir de síntomas y exámenes clínicos, pero en la mayoría de los casos es necesario monitorizar el sueño para confirmarlo. Un estudio detallado del sueño, denominado polisomnografía, registra las ondas cerebrales, la actividad muscular, los movimientos de los ojos, la actividad cardíaca, el movimiento del tórax, el flujo de aire en la nariz y la boca y el nivel de oxígeno en sangre (oximetría).

Este estudio detallado se realiza en una unidad del sueño, pero con la mayoría de las personas de las que se sospecha que puedan padecer el SAOS, se pueden realizar investigaciones más simples con equipos portátiles, a menudo en el domicilio del paciente. En la actualidad, se dispone de distintos aparatos para registrar las diferentes variaciones de los niveles de oxígeno en sangre, movimiento del tórax, flujo de aire y ritmo cardíaco.

El nivel de somnolencia durante las horas del día se evalúa con un sencillo cuestionario denominado Escala de Somnolencia de Epworth. Se pide al individuo que cuantifique la posibilidad de quedar dormido en diferentes situaciones de la vida diaria. También la pareja de cama puede informar de síntomas de la apnea del sueño como los ronquidos y su observación de las apneas.

El tratamiento más eficaz para la apnea del sueño es la presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP), un método sencillo y muy económico. Esta forma de tratamiento incluye una máquina que genera un flujo de aire a través de una máscara colocada sobre la nariz (o nariz y boca) a una presión que se ajusta para mantener la garganta abierta durante la noche. Para lograr el máximo beneficio, debe utilizarse cada noche. Otras opciones incluyen un aparato colocado en el interior de la boca para bajar la mandíbula o, cuando se considere apropiado, cirugía para extirpar las amígdalas.

Los dispositivos de avance mandibular (DAM) son boquillas que se colocan sobre los dientes. Se llevan dentro de la boca para adelantar la mandíbula inferior y ayudar a mantener abierta la vía respiratoria. Este tratamiento es más eficaz para los ronquidos y puede recomendarse para la SAOS leve o para personas con casos más graves que no toleran la CPAP.

La terapia posicional y miofuncional trabaja para mejorar los músculos de la garganta y la boca. La terapia posicional promueve dormir en posiciones que ayudan a mantener abiertas las vías respiratorias, como evitar dormir boca arriba. La terapia miofuncional consiste en hacer ejercicios que fortalecen los músculos alrededor de la boca, la garganta y la lengua para ayudar a prevenir obstrucciones mientras duerme. Estos tratamientos suelen recomendarse como opciones complementarias.

La cirugía rara vez es una opción de tratamiento primaria en adultos, a menos que haya una obstrucción clara, como amígdalas agrandadas, que es más común en los niños. Otros procedimientos que implican la extirpación de partes de la garganta para crear más espacio se han abandonado en gran medida debido a su eficacia limitada.

Hay nuevas investigaciones que están explorando nuevos fármacos para tratar el SAOS de moderado a grave, pero aunque estos tratamientos son prometedores para el futuro, el tratamiento farmacológico no es actualmente una opción reconocida para controlar el SAOS en la práctica clínica.

 

Esta página se actualizó en 2025.