Print

Asma del adulto

El asma es una enfermedad común a largo plazo que puede afectar a personas de todas las edades. Puede causar la inflamación de las vías respiratorias. El término asma del adulto hace referencia a:

  • Asma infantil que continúa en la edad adulta
  • Reaparición del asma tras haberla padecido en la infancia con posterior desaparición
  • Reaparición del asma tras haberla padecido en la infancia con posterior desaparición

Con frecuencia, el asma de adulto está relacionada con alergias y viene acompañada de otros estados alérgicos, como la fiebre del heno. El asma de adulto es más común en mujeres.

Última actualización 18/07/2023
This content is available in multiple languages.

Síntomas


El asma de adulto tiene como síntomas constantes sibilancia, dificultades respiratorias, opresión en el pecho y tos. Estos síntomas pueden aparecer en cualquier momento pero, particularmente, durante la noche o en las primeras horas de la mañana.

Los adultos con asma pueden mostrar una amplia variedad de estos síntomas, con diferentes niveles de gravedad. En ocasiones, los síntomas pueden empeorar en horas o minutos, causando una restricción grave de las vías respiratorias conocida como ataque de asma. Generalmente, se alivia con medicación adicional o, en casos graves, se requiere hospitalización. Algunos episodios muy graves pueden poner en peligro la vida del paciente, aunque no es común la muerte por ataques de asma.

El empeoramiento de los síntomas suele deberse a infecciones pulmonares. Estas son especialmente comunes en invierno y tras el periodo de las vacaciones estivales.

En adultos con alergia añadida al asma, los síntomas están provocados por la exposición a alérgenos, como polvo doméstico, mascotas o materiales de trabajo. Otras causas comunes incluyen el ejercicio con frío o aire seco y contaminación del tráfico.

Causas


En la mayoría de los casos, el asma de adulto comienza en la infancia. En dos terceras partes de los casos, el asma en niños desaparece durante la adolescencia. Aproximadamente una tercera parte de estos casos rebrotan en la edad adulta.

El riesgo desarrollar asma está relacionado con factores genéticos, es decir, los genes que una persona hereda de sus padres, y factores ambientales, como la exposición a alérgenos o contaminantes. Cuando estos factores interactúan, por ejemplo, una persona genéticamente susceptible que vive en un área con altos índices de contaminación, el riesgo aumenta aún más.

Los investigadores han identificado diferentes genes que hacen que algunas personas tengan más probabilidades de desarrollar esta enfermedad. Sin embargo, se necesita investigación para estudiar distintos genes y su influencia en esta enfermedad.

Un tipo importante de asma en la edad adulta es el asma ocupacional. Está causada por los materiales del lugar de trabajo. Se considera que el 15 % del asma de adulto está relacionada con el trabajo. Lea la hoja de datos de la EFL sobre enfermedades de los pulmones relacionadas con la actividad laboral.

Prevención


En la mayor parte de los casos de asma, el origen es desconocido y resulta difícil conocer la mejor forma de evitar su desarrollo. La principal excepción a lo dicho anteriormente es el asma ocupacional, que se puede evitar si se controla cuidadosamente la exposición al material que lo causa, o si se retira a la persona del área de exposición.

En general, la prevención o el control de los síntomas de asma es posible con medicación.

Tratamiento


No existe ninguna prueba de uso extendido para el diagnóstico del asma; por lo tanto, se identifica y evalúa a través de respuestas a cuestionarios, tests sencillos elaborados para obtener información sobre el funcionamiento de los pulmones e información sobre las personas ingresadas en hospitales y la prescripción de medicamentos.

Asimismo, los síntomas del asma no son solo específicos de esta enfermedad. Por lo tanto, es probable la confusión con otras enfermedades, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
No existe cura para la mayor parte de los tipos de asma de adulto y, por esta razón, el principal objetivo es gestionar, más que curar. Esto incluye lograr y mantener el control de los síntomas y evitar el empeoramiento de los síntomas y los ataques de asma.

Los profesionales de la salud utilizan el término ‘control del asma’ para hacer referencia al grado en que se gestionan los síntomas y el efecto que tienen en las actividades diarias. El término ‘gravedad del asma’ se utiliza para describir la dificultad para controlar el asma con el tratamiento y ayuda a los médicos a decidir el nivel de tratamiento necesario.

La gestión de la enfermedad incluye:

  • Evitar el consumo activo y pasivo de tabaco
  • Identificar los factores que disparan o empeoran los síntomas
  • Evitar la exposición a los alérgenos en el aire
  • Evitar la exposición a altos niveles de contaminación

El control del asma sigue siendo relativamente bajo en Europa, a pesar del incremento en el uso de medicamentos para esta enfermedad. Los medicamentos incluyen:

  • Medicación controladora: Esta medicación se toma con regularidad para crear un efecto de protección contra los síntomas del asma. Suele suministrarse en forma de corticosteroides inhalados (ICS), utilizados con o sin agonistas beta de larga duración.
  • Medicamentos de alivio: Se toman para aliviar los síntomas del asma. Relajan los músculos que rodean las vías respiratorias afectadas y pueden utilizarse cuando se produce un ataque de asma o si empeoran los síntomas. Suelen ser antagonistas beta de corta duración.

Cada persona es diferente y requerirá un nivel diferente de tratamiento. Por lo tanto, las dosis de fármacos se modifican dependiendo de los síntomas individuales de cada persona. Es importante que los pacientes aprendan a diferenciar los tratamientos que les proporcionan los mejores resultados, de modo que puedan gestionar el estado de su enfermedad por sí mismos.

Aproximadamente el 10 % de los adultos con asma tiene síntomas persistentes y empeoramientos que no pueden controlar, a pesar de aplicarse el tratamiento adecuado. Es lo que se denomina asma ‘de difícil tratamiento’ y, con frecuencia, puede tener una influencia importante en la calidad de vida de la persona.

Aunque el fallecimiento por asma no es común, puede producirse en cualquier adulto que padezca asma y no la controle adecuadamente.